miércoles, 28 de agosto de 2013

Lotus 78 (1978)

15 de enero de 1978, Gran Premio de la Argentina, como primera fecha del campeonato mundial de Fórmula Uno. El autódromo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, explotaba una vez más con sus tribunas colmadas, que esperanzadas querían ver triunfador a Carlos Reutemann. Pero el calor de pleno verano hizo las cosas difíciles para el santafesino y Mario Andretti con su Lotus 78 de 1978 se quedaron con todo. Ni las migajas para sus oponentes.

El año empezaba con varios interrogantes. El campeón Niki Lauda, dejaba la Scudería y se pasaba a Brabham, acompañado por John Watson. El argentino quedaba al frente de Ferrari, secundado por un joven canadiense llamado Villeneuve. Lotus se armaba bien con Andretti y Ronnie Peterson. McLaren tenía al carismático James Hunt y a Patrick Tambay. Williams tenía un solitario auto con el australiano Alan Jones, mientras que Tyrrell contaba con Patrick Depallier y un debutante Didier Pironi

En total se presentaban 14 escuderias, con un total de 27 autos. A las ya nombradas se le sumaban: Ligier, Shadow, Copersucar, ATS, Wolf, Surtess, Ensign y Merzario. Pero también se desataba una guerra de neumáticos. Michelin iba por la corona y contaba con Ferrari como punta de lanza, pero la experiencia de Goodyear era demasiado para el primer año de la casa francesa.

Dadas estas circunstancias se presentaba el Gran Premio. En la clasificación, Andretti se mostraba como favorito, quedándose con la pole, por delante de la Ferrari del argentino. Tercero Peterson con el otro Lotus, compartía la fila de largada con el Brabaham de Wahtson. Quinto el campeón Lauda, quien superaba a un desenfadado James Hunt. En la cuarta fila, estaba la otra Ferari, conducida por el canadiense, a quien lo acompañaba Lafitte con su Ligier Matra. Cerraban las diez primera posiciones Tambay y Depallier.
 
El domingo el calor agobiante acompañó durante toda la competencia. Desde el primer metro de carrera Andretti hizo suya la carrera. Con los tanques llenos y los neumáticos todavía fríos, era el único que podía transitar el curvón Salotto a fondo, mientras que sus oponentes debían levantar. La diferencia de las máquinas negras de Collin Chapman, se hacían cada vez más evidentes.

Michelin aconsejaba a Ferrari de calzar los neumáticos duros, dado lo exigente de la prueba y el calor reinante, pero esto jugaba en contra de las expectativas de la casa italiana. Reutemann, para desazón del público presente, empezaba a desdibujarse con el correr de las vueltas hasta caer al puesto quince, momento en el que lo hacen ingresar a boxes para poner neumáticos más blandos. A pesar de lo tardío de la decisión, el “Lole” sale en busca del asfalto y remonta hasta un resignado séptimo puesto final.
 
Lauda hacía una carrera pensante, a lo campeón en su debut en Brabham. Con talento doblegó al Tyrrell de Depallier quien debió conformarse con el último puesto del podio, por menos de un segundo. James Hunt, quien contaba con la simpatía del público porteño se debatía en medio del pelotón y rescataba un cuarto puesto por delante de Peterson, que no contaba con el ritmo de su compañero.
 
Sexto, por delante de Reutemann, se ubicó el otro McLaren con Tambay al volante. Detrás del local estaba su compañero Villeneuve que establecía su primer récord de vuelta, aunque para muchos se trató de un error en los relojes. Hasta el canadiense se mostraba sorprendido. Noveno Fittipaldi con su proyecto Copersucar adelantaba a Jody Scheckter y su Wolf.

Como anécdota, el encargado de bajar la bandera a cuadros, se equivocó y se la bajó en primer lugar a Peterson que estaba cerca de perder la vuelta, por lo que la carrera se contabilizó con una vuelta menos. Muchos acusaron que tenía el sol de frente, pero él se hizo responsable sin excusas, porque asumió que era su exclusiva responsabilidad. Todos lo perdonaron, y hasta hubo lugar para las bromas, cuando se autopostuló para la misma tarea en otras carrearas. ¿Su nombre? Juan Manuel Fangio.

La miniatura corresponde a los coleccionables de RBA. En el video pueden ver lo que eran esos años felices.

Saludos y espero volver más seguido. Ok Perdón.

martes, 20 de agosto de 2013

Aston Martin DB5 (1965)

Lo bueno de estar alineado con Diecast Central, es que cada 20 no tengo que pensar en el tema a postear. Para agosto el tema era fácil: "Un auto para Espías". Primero pensé que debía ser un auto como su dueño, es decir potente pero a la vez que pase desapercibido. Pero pensando en cómo son los agentes secretos, me di cuenta que la única información que se tiene es la de las películas. Hasta pensándolo bien uno duda si en realidad estos personajes existen. Es por ello que fui a lo seguro y les presento al Aston Martin DB5 de 1965 de Bond, James Bond.

No sé si a ustedes le sucede lo mismo, pero siempre que hay una película de espionaje, vieja o nueva, termino viéndola. Y al final de la misma pienso que todo ha sido exagerado, que ese mundo no existe. O tal vez es tan secreto que si existe, pero uno lo desconoce por completo. Durante las guerras, seguro que estos protagonistas fantasmas deben existir, pero no como los imaginamos. Tal vez, en las llamadas guerras frías, el escenario sea más propicio para ellos, pero seguro que donde más abundan son en nuestra imaginación.

En realidad si deben existir estos individuos, pero lo que los hace tan irreal no es solo lo enigmático de su profesión, sino la batería de artilugios que usan en los films que consumimos. Que sepan pelear como los mejores del mundo tanto boxeo como la más exótica de las artes marciales, puede ser, pero de ahí a ganar todas las peleas sin despeinarse es demasiado. Ni hablar cuando corren más kilómetros que en una maratón y no se agitan.

Con las armas son infalibles, letales tanto con una "Vitorinox" como con un tanque de última generación. Pueden manejar helicópteros, aviones, cohetes espaciales, motonetas, rollers como si lo hubiesen hecho toda la vida. Solo deben ver el tablero por un segundo y ya se acuerdan donde está cada comando. Y obvio que su auto personal, es fruto de la imaginación de todos sus conocimientos.

La película "Thunderball" llamada en muchos países Operación Trueno, fue la cuarta de una saga de films que llega hasta nuestros días. En ella, 007 protagonizado por Sean Connery, contaba con su Aston Martin DB5 plagado de artilugios para combatir a la temible organización Spectre, dirigida por  Ernst Stavro Blofeld, a quien llaman por seguridad simplemente como número 2 y no se lo muestra durante todo el film.

Al que designan como número 1 es a Emilio Largo, quien es el villano principal de la película. El argumento empezaba con Bond enviado a una clínica de rehabilitación debido a que los resultados médicos no son los mejores para un espía, por su debilidad al tabaco y al martini. Mientras que 007 se desintoxica y se pone en forma, Largo secuestra un avión militar y se lleva dos cabezas nucleares con las cuales extorsiona a los gobiernos de los EE.UU y de Inglaterra.
 
Bond, una vez que se pone en línea vuelve a la línea de fuego, y luego de seguir varias pistas, llega hasta las Bahamas y da con Largo y su amante Domino. Esta señorita pronto descubre que su pareja es responsable de la muerte de su hermano por lo que decide ayudar a nuestro héroe. Las armas nucleares se encontraban en el barco del villano, llamado "Disco Volante", el cual es atacado por las fuerzas de un submarino estadounidense, donde todos los integrantes de Spectre son derrotados. Obviamente Bond termina junto a Domino, en el medio del océano, mientras que esperan ser rescatados.

En 1983 se estrena "Nunca digas nunca jamás" que es una película basada en la misma novela, con cambios sutiles, pero que mantiene el mismo argumento. Como dato, a Sean Connery, lo acompaña en el papel de Domino, una joven llamada Kim Basinger, con la cual se va a vivir, luego de retirarse.

La miniatura del DB5 que les muestro, presenta ciertos trucos o gadgets, que no son de mi gusto, pero lo distinguen de cualquier otro DB5. Lo más llamativos son los dos chorros de agua que salen por debajo de los paragolpes traseros, con los cuales bate a varios guardias cuando irrumpe en el castillo de su enemigo. También tiene dispuesta la placa de acero antibalas que muestra señales de un proyectil. Y se ve en el techo, que tiene la apertura, para cuando eyecta a su acompañante. Ideal para largos viajes con la suegra.

La fotos son de la miniatura de Universal Hobbie, perteneciente a la entrega número 11 de la colección James Bond Car Collection de la editorial  Eaglemoss. También les dejo el video, con el trailer de la película. En él, van a ver el momento del auto en acción con sus chorros de agua y su blindaje.

Saludos y será hasta cuando el agente secreto lo disponga

miércoles, 14 de agosto de 2013

Porsche Boxster (1997)

El coleccionista no es una persona sencilla. No estoy hablando de su caracter en si, que cada persona ya tiene, sino desde la mirada que tienen las personas que no coleccionan sobre nosotros. Si le preguntan a cualquier ser humano que describa como se imagina a uno de nosotros, seguramente en su definición entraran palabras como huraño, meticuloso, obsesivo y egoísta. Y si el coleccionista se dedica a un rubro fuera de lo convencional, la palabra común será "raro". Por suerte yo me dedico a los autos a escala y entre ellos tengo a este Porsche Boxster de 1997. Todos ustedes son obsesivos compulsivos.

El coleccionismo tiene lados positivos. Según los que saben, permite desarrollar distintas cualidades, como por ejemplo la constancia. Si bien hay coleccionistas que abandonan el hobbie, en su mayoría son personas que mantienen su colección a través de los años. Otro punto es el orden, ya que puede ser a simple vista que este todo desordenado o amontonado, pero en la cabeza del coleccionista, todo tiene un sentido de la ubicación.

Otras habilidades que se desarrollan son por ejemplo la paciencia. Es esa misma que nos lleva a esperar durante años dar con esa pieza que nos quita el sueño. Como que hace bien, saber que nos falta un modelo, ya que ese el motor de nuestra búsqueda. Y un punto discutible, que dicen que desarrolla el coleccionista es la memoria. Si es por la mía, no es un buen ejemplo, ya que si no veo que auto publiqué, soy capaz de sacarlo tres o cuatro veces al aire...

Pero hay una delgada línea que separa al coleccionista del obsesivo compulsivo. Si alguno de ustedes tiene un excesiva necesidad de control, digamos que por ejemplo cuenta todos sus autitos todos los días al levantarse, tiene un grave problema. Otro síntoma es el perfeccionismo absoluto, ese que hace que uno se ponga como loco, cuando descubre que la miniatura tiene un cromado que no corresponde. Y pobre de ustedes si llegan a mover una pieza del coleccionista ordenado por demás. Descubrir que un auto fue cambiado de posición puede hacer que salga el Sr Hyde que el coleccionista lleva dentro.
 
Por eso, muchos de nuestros conocidos, nos tildan de raros. Y eso lo dicen sin saber de las peripecias que hacemos para dar con un modelo. Por ejemplo no saben que somos capaces de hacer 50 km para ir a buscar un autito, que nos levantamos temprano un domingo para ir a una feria, con la esperanza de encontrar algo o que estamos comprando a Hong Kong una pieza por demás deseada. Por suerte, esos secretos del coleccionista nunca se van a saber, al menos que ustedes los cuenten...

Hace un par de entradas vimos el Porsche 959, contábamos que en la producción de la casa de Stuttgart había modelos con motor delantero como el 924, 928 o 944.Con motor trasero se encontraba el conocido 911, que debido a los altos precios y baja demanda, debía tener un compañero con el cual compartir los costos. Se pensó entonces en un vehículo similar pero para una clientela distinta.

En el Salón de Detroit de 1993 se presentó el primer Boxster, cuyo nombre como muchos sabrán, viene de la conjunción de las palabras Roadster por el tipo de carrocería y Boxer por la disposición del motor. Este estaba ubicado detrás de las plazas delanteras, mejorando la distribución de pesos y contaba con una potencia superior a los 200 CV, que le permitía circular a 240 km/h. En 1999 el motor alcanzó los 220 CV, al mismo tiempo que se presentó la versión Boxster S con 250 CV

Una de las características de la carrocería es que de serie, venía equipado con la clásica capota de lona de color negro y se ofrecía como opcional un techo duro de aluminio, lo que da una imagen más parecida a una coupé, que a un roadster.

En el 2002, se presenta la nueva generación de Boxster con sutiles diferencias estéticas sobre su antecesor y con cambios también en su motor que permitieron un pequeño incremento de la potencia en las dos versiones.

El próximo Porsche será el GT1.

La miniatura que nos acompaña, corresponde al fascículo 3 de Porsche Collection, de la editorial Planeta DeAgostini. En el video pueden ver la publicidad de la época


Saludos y sigamos así muchos años más.

viernes, 9 de agosto de 2013

Chevrolet Camaro (1969)

A todos les voy a pedir un favor: que me tengan paciencia. No en general, aunque se que mi carácter lo requiere, sino que me tengan paciencia con mis escritos. Mi imaginación se ha ido de vacaciones y desconozco su paradero. Al parecer huyó despavorida, acorralada por el mejor de los opresores, llamado trabajo. La tirana necesidad, tienen en este abusador, a una de sus mejores herramientas, para hacer que todo lo bueno pase a segundo plano. Es por ello que el Chevrolet Camaro de 1969 que nos acompaña, va a pagar caro mi falta de imaginación.

A muchos de ustedes le debe suceder que el trabajo les demanda más de lo recomendado, haciendo que el día y la noche no alcancen. Horas de trabajo, horas de viaje y la mente que nunca se desconecta, hacen que todo lo que era fácil se convierta en algo parecido a una carga. Es como que uno se olvida de andar en bicicleta, algo natural que aprendimos de chicos y ahora nos sentimos incapaces de pedalear una cuadra.

Hay veces que el trabajo acompaña y uno lo lleva “de taquito”, pero otras veces eso no sucede. Las presiones, las faltas de resultados, lo burocrático de una empresa o la falta de herramientas, hacen que algo que parecía fácil se convierta en algo tan difícil, como escalar el Everest descalzo. Y podemos sumar muchas cosas más, como un jefe injusto, o un ambiente de trabajo pésimo, que hace todo más pesado que un collar de melones…

Pero claro, la pobre necesidad aprieta desde el otro lado. Por que sino, sería muy fácil, largar todo y buscar un trabajo más placentero, como barman de un parador en la playa. Jamás nos arriesgaríamos a largar todo, por vivir la vida que deseamos, ya que no tenemos el valor de jugarnos por eso que anhelamos. El miedo al fracaso es más grande, que la presión del trabajo, por lo que decidimos lidiar contra este último, antes de intentar vivir nuestra vida deseada.
 
Todos los que sentimos una atracción por los autos, de seguro tenemos el auto que jamás soñamos tener. Nos movemos en nuestros pequeños 3 o 5 puertas, modernos, con MP3, aire acondicionado, vidrios eléctricos y todo lo que exigimos a la hora de la compra. Pero en realidad nunca pensamos en tenerlo. Es más factible soñar con este Camaro Convertible que solo voy a tener en miniatura, que con el próximo auto que me voy a comprar, que ni se cual va a ser.

Es como con las mujeres. Uno soñó, sueña y va a soñar con esa señorita que lo deja a uno soñando despierto, pero después descubre que no es la elección que ha hecho. Como decía Fontanarrosa “uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se queda con la que le da pelota”. Tal vez no hay que ser tan drástico y solo haya que renunciar a todo y dedicarse a vivir. No puede ser tan difícil.

La gente de Chevrolet soñó con un auto para hacerle frente al Ford Mustang y en 1965 se filtró en la prensa que el proyecto Pantera estaba en marcha. Las dudas que se generaban sobre el nuevo modelo no hicieron más que crear una gran expectativa hasta la presentación del mismo. En junio de 1966, los periodistas del ambiente, recibieron dos invitaciones. En la primera se los citaba a un almuerzo, a fin de ayudar a “rascar un gato”, mientras que la segunda carta decía que la “Sociedad para la erradicación de la Pantera del mundo del automóvil, iba a celebrar su primera y última reunión”.Todo esto era, no solo para aumentar el interés, sino también tenía el ánimo de provocar una pequeña guerra dialéctica con sus competidores.

Así fue como el nombre del proyecto fue abandonado y en concordancia con los modelos Chevelle, Chevy, Corvette y Corvair se optó por un nombre que comience con la letra C. Se anunció que el nuevo nombre “sugiere la camaradería de los buenos amigos, y de esta forma va a ser este automóvil con su propietario, su nombre es Camaro” Cuando se consultó ¿Qué es un Camaro?, el gerente de Chevrolet respondió ”Es un animal pequeño y vicioso que se alimenta de Mustangs”. Como que no conocía de sutilezas.

El auto salio a la venta en septiembre del ’66 pero como modelo 67 y la primera generación se mantuvo hasta 1969. Se ofrecían ocho motorizaciones distintas que iban desde un modesto motor de 6 cilindros y 3.5 litros hasta un V8 de 7 litros de cilindradas.

El de esta generación es el que nos acompaña y pertenece a la colección Car Collection de editorial DelPrado. En el video pueden ver la primera publicidad del auto, con unos efectos especiales envidiables hoy en día….

Saludos para todos y gracias por su paciencia

sábado, 3 de agosto de 2013

Toyota 7 (1970)

Desde una punta a la otra del planeta, hay tantos gustos como habitantes del mundo. Lo que es lindo para unos, es exactamente lo contrario para otro, no solo por una cuestión de gustos, sino también por el distinto conocimiento que se tiene sobre el tema. Para nosotros este auto, es apenas una pieza más en nuestra colección, pero en Japón, si uno le falta el respeto al Toyota 7 de 1970, aparecen cientos de rōnins para que la justicia divina de los samurais, caigan en forma de katanas sobre el maldito hereje….

El respeto, algo más promulgado por sociedades orientales que por las que están de este lado del mundo, es una buena costumbre que para mantenerla, se debe tener como estilo de vida y transmitir de generación en generación. Es un trabajo arduo que requiere no solo la enseñanza, sino también ejemplificarla para que todo este en armonía.

En Japón, tenemos la impresión que es así. Solo hemos visto algunas películas, y leído algunos recortes periodísticos, pero eso nos alcanza para llegar a la conclusión que ellos son gente de palabra. También ayuda llegar a esa conclusión, que en nuestra sociedad, es difícil encontrar alguien que cumpla con nuestra idea de respeto.

Toyota se ganó el respeto, no solo por la calidad de sus autos y sus diseños, sino también por su cultura de trabajo, que para muchos de nosotros es exagerada. En la década del 60, la idea del gigante japonés era expandirse más rápido de lo que lo estaba logrando y decidió apuntar sus cañones a EE.UU. Tal vez por venganza, o tal vez porque el mercado europeo lo veían más complejo, se decidieron ir por América del Norte.

Para ello, no solo se dedico a diseñar autos para el ciudadano común, sino que pensó en un programa de carreras, el cual incluía el famoso Can Am donde competían Porsche, Lola, Chaparral y McLaren. Lo primero que hizo fue proponer un campeonato similar pero a nivel local, para poder proyectar el nuevo auto. El diseño del auto recayó en Jiro Kawano que trabajo en el Toyota 2000, mientras que el chasis quedó en manos de otra empresa japonesa: Yamaha.
 
Para 1968 se presentó el primer modelo que tenía un motor de 3 litros y 300 CV, que lo dejaba en clara desventaja frente a los Lolas y Nissan que tenían motores de 5 litros y 450 CV. Sin embargo se siguió todo el año con el mismo motor, puesto que todo estaba en desarrollo y solo se quería adquirir experiencia. Para 1969 deciden poner el motor de 5 litros semejante al de sus rivales y consiguen sumar victorias, aunque el Gran Premio de Japón queda en manos de Nissan.

En 1970 el Toyota 7 sufre un duro golpe, cuando se decide cambiar la reglamentación del campeonato japonés. Pero esto no desalentó a Toyota, puesto que ya estaba en sus planes el desembarco en EE.UU. El nuevo auto tenía dos turbos que elevaban la potencia a 800 HP. Ese auto es el que nos acompaña

Pero lo peor estaba por venir. El piloto estrella de la marca Sachio Fukuzawa sufrió un mortal accidente en la pista de pruebas de Yamaha, por lo que el proyecto se demoró. Sachio no era solo un piloto más, sino que tenía un alto perfil dentro de la sociedad Japonesa. Era un ídolo más allá del automovilismo ya que también era muy conocido entre las mujeres, puesto que se daba el lujo de modelar para distintas marcas.
 
La publicidad negativa para la marca, hizo titubear al Toyota 7, que decidió continuar a pesar del escándalo y los procedimientos judiciales. Pero el auto se negaba a seguir, como aferrándose a su destino de no dejar Japón. En el autodromo de Suzuka, mientras se desarrollaban pruebas privadas, Minoru Kawai siguió derecho en una curva a más de 200 km/h. Minoru también tenía un alto perfil, ya que hacía avisos en la prensa para Toyota y era el esposo de Rosa Ogawa actriz, modelo y cantante del Japón.

Así el Toyota 7 fue cancelado y no vió más una pista hasta el 2002. Ese año fue presentado en el Festival de Goodwood, en manos del escocés Allan McNish. Una vez finalizada la exhibición, le preguntaron que le pareció el auto. “Terrorífico, no podía controlar la aceleración y nunca sabía si iba a frenar”. Es raro que todavía no le hayan llegado los rōnins…

La miniatura es de la colección Car Colection de editorial DelPrado. En el video pueden ver como eran esos años, les recomiendo desde el minuto 5:45.

Buena semana y Saludos para todos los héroes del automovilismo.

Un clásico devorando litros....

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